Para el que no lo haya visto, ahi están, a cámara lenta, las imágenes del accidente que le ha costado la vida a Marco Simoncelli en el GP de Malasia.
Simoncelli era el tío más cafre de la parrilla de Moto GP. Pocos pilotos hay que no hayan ido por el suelo por culpa de sus inconscientes maniobras. Barberá, Bautista, Stoner, Lorenzo, Pedrosa... A este último le jodió la posibilidad de luchar por el campeonato de este año al tirarlo y romperle la clavícula, lo que le costó la participación en 4 grandes premios.
Descanse en paz, leo en algunos titulares. Los que descansarán en paz son el resto de pilotos, pues se ha ido un kamikaze que ponía en peligro la integridad de sus rivales. Esta vez se cumplió el dicho de que todo lo que haces, vuelve y recogió lo sembrado de una tacada.
Que todo el motociclismo está de luto es mentira. Nadie se alegra de su muerte (supongo), pero hay mucha gente que no lo lamenta, yo entre ellos. Ha caído víctima de su propia medicina. Me sabe mal por Rossi, que era muy amigo suyo, porque probablemente ha sido él el que le ha dado el golpe mortal.
Dicen que fuera de la pista era un tipo muy majo. Una pena. Por que en el circuito era un homicida en potencia. Por suerte, se ha matado solo y no le ha hecho daño a nadie, lo que es un milagro, dado su historial.
Otro que ya no tocará más los cojones es Gadaffi. Cuando finalmente le cogieron les preguntó a sus captores si no conocían la clemencia. Sarcástico el chaval. Ahora hay que ver si Libia no se convierte en el nuevo Irán, viendo del palo que van la mayoría de rebeldes. No sé si será salir del fuego para ir a caer a las brasas. De momento les está costando formar gobierno. No tanto cómo a los belgas que siguen sin Poder Legislativo y ya irá para 600 días dentro de nada. ¿Algín problema por ello? Ninguno. La tasa de paro belga es de las más bajas de Europa y su economía crece a un ritmo decente.
Pero la verdadera noticia de la semana fue el anuncio de ETA de abandonar la lucha armada. A pesar de que es por que estaban acorralados política, judicial y policíacamente, es una buena noticia que los asesinos decidan dejar de matar. Algunas voces reclaman la entrega de las armas y que pidan perdón. Muchas son las mismas que criticaban la Ley de Memoria Histórica. Estaría bien coger a los etarras, untarlos en brea y pasearlos por las calles de las principales ciudades, para que la gente les tirara huevos. Pero no jodamos. Podemos seguir con el conflicto hasta el final o pasar página, que de eso ya sabemos algo en este país. Habrá que tragar algo de bilis, está claro, pero es el fin de una guerra y eso siempre tiene un precio. El fin de una guerra es La Paz. La Paz merece un precio, me parece. Que no tiene que ser político, por supuesto. Si diferentes puntos de vista están dispuestos a debatir por cauces democráticos, que así sea. Podríamos centrarnos en construir un futuro de convivencia en Paz, por una vez. Pero lo veo difícil. En este país no aprendemos, por eso está tan fraccionado.
Aunque con tipos como Durán y Lleida, es complicado. Primero le atusta a los inmigrantes, luego a los andaluces y luego a los homosexuales, para terminar diciendo que si dijera lo que pienso, no ganaría las elecciones. Menos mal. El Mein Kampf es un catecismo al lado de la doctrina de este otro tarado. Gentuza como él es la que hace que a todos los catalanes se les tenga tirria en el resto de España y con razón. Pero no todos son cómo él, por suerte. He mirado en las esquelas de hoy a ver si veía su nombre, pero no ha habido suerte. Podría haber sido redonda la semana, una lástima.