viernes, 14 de octubre de 2011

Vinilos vs. Cd's vs. Virtual DJ

Ser Disc Jockey profesional es algo serio.  Yo soy un mero aficionado, que conste. Tengo un equipo completo en casa y de vez en cuando pongo música en vivo, un par o tres de veces al año.  Pero como todo lo que hago, me lo tomo en serio.  Y cuando me pongo, es para hacerlo lo mejor que se pueda.  Las cosas, o se hacen bien, o se dejan para otro día.
Por eso no entiendo demasiado el cierto desprecio que tienen algunos Disc Jockeys aferrados al vinilo por los que prefieren las nuevas tecnologías.

Yo empecé (en 1985) pinchando con vinilos.  Con unos platos Lenco de correa.  Los primeros Technics que pude trastear fueron los de La Cage.  Eso era tecnología espacial, comparado con el resto de platos. La diferencia entre los Technics y cualquier otro plato era el pitch (para graduar la velocidad del disco).  Con la mayoría de la competencia, el sistema de tracción. Trabajar con unos Technichs era una gozada.  Recuerdo que estuve una temporada poniendo discos en un sitio de Reus que se llamaba Glop's, por amor al arte, sólo para poder trabajar con esos platos.  Y para grabar infinidad de cintas...

Sobre el 91 o 92, hubo un cambio de rumbo musical en La Cage de Medrano, una discoteca que, para mi, era la referencia en ese sentido.  El resto de los 90 los he considerado una época muy flojita musicalmente hablando y dejé de comprar música casi compulsivamente, como hacía.  Tampoco había demasiado en que gastar, la verdad.

En 1998, me instalé en una bonita casa de pueblo que un tipo había reconvertido en apartamentitos pequeños.  Para una persona sóla o una pareja, a lo sumo.  La puerta que se ve es la que daba acceso al mío.  Las ventanas de arriba son de los vecinos. y la que queda debajo de la escalera, de otros vecinos.  Todo muy bien aprovechado.




La vista que te encontrabas, al salir de casa, llenaba el espíritu.  A la derecha, al lado de la pérgola que se ve, había una barbacoa y subiendo las escaleras que se ven abajo a la derecha había el acceso a dos apartamentos más y a una terraza-solarium de 200 m2, desde la que, a lo lejos (10 kms) se veía el mar, algo fundamental para mi.


Supongo que Cuca echa de menos aquello.  Ahora vive encerrada en un piso y aunque la dejo salir por las noches un rato, a patrullar la comunidad, no es lo mismo, por supuesto.  Tete ni se acuerda.  Nació allí, pero se vino para acá con apenas un mes de vida, con lo que poco disfrutó del jardín comunitario.


El apartamento, como dije, no era muy grande.  Cocina-comedor...


A la izquierda quedaban dos habitaciones pequeñas y un baño y a la derecha el sofá y la tele.  La foto está tomada desde unas escaleritas que conducían a un altillo.



En ese rincón me monté un equipo de música y otro de informática bastante aceptable. Un escondite perfecto para perderse y en el que pasé muchísimas horas con los decibelios por las nubes. 


Había comprado dos Pioneer CDJ-100, las lanzaderas más básicas que había (de una buena marca), una mesa de mezclas que aún conservo, un plato Technics y una grabadora Pioneer de audio. Aún no había aprendido a mandar la señal a un ordenador ni a trabajar con ella.

Cuando probé las Pioneer, se acabó el vinilo.  Los relojes proporcionan una cantidad de información brutal, comparado con el plato.  Hay muchos DJ's que tienen buena memoria para recordar datos sobre las mezclas pero yo, en aquella época, igual podía pasar dos o tres semanas sin tocar el equipo, así que tomaba notas en excel de todo lo que hacía.  Pruebas y pruebas y en cuanto tienes una mezcla controlada, con esas anotaciones eres capaz de repetirla a la perfección aunque pasen seis meses o seis años que no la haces.  Son detalles que un DJ que toque música todos los días no necesita hacer.

Algun@ se echará las manos a la cabeza por lo de los vinilos.  Que si la calidez del sonido, que si los clics, que si tal... Es cierto, los vinilos suenan diferente.  Yo lo solucioné digitalizándolos.  Tenía cerca de un medio millar, así que fueron unos cuantos sábados por la tarde dedicados a tal menester.  Cuando terminé, metí el Technics en una caja y ahi sigue.  De eso hace 10 años y desde entonces no he sacado ninguno de los vinilos de su funda.  Ni el plato de la caja.  Regalé algunos vinilos, vendí otros (algunos aún están por cobrar) y me quedé con una selección de lo mejorcito.

Fuí de los primeros en tener internet en el pueblo. El Napster primero y el Audiogalaxy después, sacaban humo.  Era el inicio del P2P y al intercambio de ficheros musicales le dediqué un tiempo muy fructífero.  Todos los cd´s y los vinilos digitalizados que tenía los puse a disposición del que quisiera y conseguí algunas joyas de la época dorada que me faltaba.

Empecé a grabar sesiones, todas las que hay colgadas en el blog de las sesiones y alguna más que no pongo por vergüenza... Me especialicé en la New Wave ochentera y  presenté algun set revival en directo en varios sitios, en La Cage de Medrano uno de ellos, lo que venía bien para complementar los ingresos mensuales.

Esto va para largo, como me enrollo.  Lo termino en otro post...

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