sábado, 22 de enero de 2011

San Vicente. Día 7

Alvaro tiene un par de maquinillas para hacer ejercicios.  Así que, mientras los otros dos seguían en brazos de Morfeo, aproveché para estirar un poco la musculatura, que falta me hace.
También aproveché un par de ideas para meditar que brinda el Libro Naranja de Osho.  Me parece un buen libro y el martes voy a hacerme con un ejemplar.
Pacocho se atrevió a montar la Daytona, a pesar de que mi casco le venía dos tallas pequeño.  Vaya cabezón que gasta el jicho...


Me confirma lo que ya sabía.  Que es una máquina espectacular.


Aprovechando el magnífico día que teníamos comimos fuera.  Hasta San Vicente se acercó Corbein.  Tertulia acerca de como se está poniendo el panorama pokeril y posibles escenarios con EV+.  Infinidad de anécdotas.  El mundillo del poker está lleno de personajes muy, muy curiosos. 



No podía evitar sacarme esta foto... Debe ser el niño que llevo dentro...


Por la tarde runeamos fatal en las apuestas deportivas.  En el España-Francia conseguimos una cuota buena por los nuestros, cuando lo que teníamos que haber hecho era apostar en contra de la victoria de Francia.  La cara que teníamos cuando el último ataque se estrelló en el palo era un poema.
Luego nos falló el Atlético de Madrid, vaya banda de cagones cuando tienen delante al Madrid.  Divertida la pancarta del frente atlético en la que un colchonero borracho le pide a uno del Real que conduzca él, que va con dos copas de más.,
Traté de volver a conseguir ni que fuera otro pinchacito, pero la varianza no estuvo muy grácil que digamos...



Para postre de noche, nos la jugamos con los Hornets a +4.5.  Final de infarto y cuando estos transforman dos tiros libres, poniéndose 5 arriba a falta de 7", a un anormal de Philadelphia se le ocurre clavar un triple imposible en el último segundo.  Si lo vemos por el pueblo esa noche, le partimos las piernas.  Si no lo mete, salimos 300 arriba.  Al final, palmamos en deportes lo que le sacamos al poker, con lo que la semana queda even para el equipo.
Yo me llevo lo que les saqué a las apuestas tontas y al poker indio.  Es una modalidad curiosa de Holdem en la que tu ves las cartas de los demás, pero no las tuyas.  Se convierte así en un interesante juego de lectura inversa.  En lugar de poner a los demás en una mano, tienes que deducir la tuya por los patrones de apuestas de tus contrincantes.  Además, es divertidísima.  Y volvimos a sacar los rivers hacia atras, cuando había un all-in, de tal manera que descuentas los outs que te valen de las cartas que van saliendo.  Risas hasta las agujetas, vamos...

2 comentarios:

todavia dijo...

Esa casa verde del mismo tamaño que mi condo. Solo tiene la ventana mas grande.

Albert Tortajada dijo...

Y no tiene gatos...