martes, 16 de diciembre de 2008

Héroes anónimos

Hace unos dias, me volvieron a robar, del Astra, la carcasa del espejo del acompañante. Se ve que hay un/a idiota que tiene problemas con las columnas de los parkings, o algo así, y tiene mi coche controlado y se dedica a utilizarlo para reponer sus piezas rotas. Supongo que es el mismo/a hijo/a de puta que me robó la antena.
Como mi cuñao, que trabaja en la Opel, no me pudo conseguir, de nuevo, una tapa de espejo proviniente de un siniestro, me resigné a solicitarla a mi compañía de renting.
Los papeleos son los mismos que si el coche hubiese quedado siniestro total, con lo que ya podéis imaginar la pereza que me daba. Pues eso, con total abnegación llamé a la compañía y, después de mandar a tomar por culo a la operadora (pretendía que pusiera una denuncia por el robo de la pieza) obtuve la correspondiente autorización.
Pedí hora en Vigo, pues me cuadra mejor que en Coruña. Eso suponía entrar en la avenida de Madrid, solicitar hora y abrir la hoja de trabajo y volver a salir. Una hora y media. Y otro tanto para la recogida...
Explicado mi caso al jefe de chapa y pintura, me remitió, para la burocracia, al administrativo correspondiente, mientras él solicitaba la pieza a recambios. El oficinista, muy ordenado en su trabajo, me hizo esperar un cuarto de hora mientras terminaba con una documentación que tenía que recoger un señor "a primera hora del día siguiente". Ah, bien, no pasa nada, puedo esperar...
En cuanto me tiene lista la hoja de trabajo y verifica que la pieza está pedida, me comunica que me avisarán por teléfono en, aproximadamente, 48 horas, para que acuda al taller para su instalación (30 segundos).
Como durante la espera estuve haciendo los mismos ejercicios de respiración que aprendí para controlar las emociones después de un bad beat, me disponía a salir del taller muuuuy tranquilo, pero algo deprimido, eso si, por la cantidad de tiempo que se pierde en este país por chuminadas.
Cuando me iba a montar en el coche, el Jefe de Plancha me preguntó cómo había quedado, a lo que le conté que esperaría su llamada para venir a colocar la pieza.
Moviendo la cabeza en sentido negativo creo que le oí rezongar algo así como "jodidos burócratas", aunque no estoy seguro de ello. Se dirigió a un Tigra que estaban reparando, le sacó la dichosa carcasa y se la colocó a mi Astra en menos de un minuto. "Así no tiene que volver. En cuanto llegue la suya, se la pongo al Tigra, que aún estará unos días en el taller".

Salí del taller realmente emocionado. Aún hay gente que se pone en la piel de los demás... Me acababa de ahorrar una hora y media muy valiosa, pues hubiese sido durante el viernes por la tarde...

Es una pena que no haya un par de tipos como Paco en cada empresa de éste país. Otro gallo nos cantaría....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bidan, tranquilo, hombre...

Imagínate que eso te pasa en un estamento público, en el que no existe ningún incentivo para que alguien haga algo rápido y bien...

Suerte has tenido de que tratas con empresas privadas!

Te recomiendo untar la antena del coche con mierda de perro. Así, al menos, el capullo que te la roba sufrirá un poco, por mangante. Es un poco engorroso coger los truños por la calle y repasar la unción cada vez que llueve, pero... y las risas que te vas a echar cuando te roben la antena otra vez?

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Albert Tortajada dijo...

He pegado la antena con loctite y la carcasa del retrovisor está conectada a la batería. Da unos rampazos que te cagas. Creo que será disuasorio, por el momento....